El juego en la tercera edad es un agente socializador, que permite la interacción con otros y otorga el placer de compartir una actividad común, y satisfacer los ideales de expresión y socialización.
Como animadores debemos presentar a la recreación como una alternativa en el proceso de envejecimiento, teniendo en cuenta las necesidades e intereses de la población anciana.
Siguiendo a Coutier y otros, se tienen que tomar precauciones en cuanto a la elección y puesta en acción de juegos:
1.Simplificación de reglas.
2. Modificaciones en número de jugadores, límites de duración, materiales, medidas del terreno, etc.
3. Eliminación de juegos pueriles.
4. Que estimulen funciones tanto psíquicas como físicas.
5. Evitar la eliminación.
6. Evitar fracasos sucesivos.
7. Brindar mayor tiempo para procesar la información.
8. No exigir rapidez en la ejecución de la consigna impartida.
La mayoría de los juegos que podemos utilizar con adultos mayores cumplen no sólo los objetivos de la recreación, sino también con la estimulación de las funciones psíquicas básicas o funciones cerebrales superiores que son: atención, memoria, concentración, razonamiento, entre otras.
Estos juegos no sólo pueden realizarse en un programa recreativo, sino que en forma organizada y secuenciada, pueden formar parte de un programa preventivo-terapéutico (activación cerebral) basado en la neuropsicología.
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